jueves, 7 de julio de 2011

Agarrate catalina en MZA








En el tumulto de los húsares de Momo 
encandilado por las luces de otro barrio 
Aquel murguista saludando con su gorro 
se despedía como siempre del tablado





  


   Entre la nube de pintados chiquilines 
   vio la sonrisa que enviaba una princesa 
   Entre los rostros de mezclados colorines 
   Dudó si era para él la gentileza
   Y por si acaso dedicó una reverencia                a la muchacha que en la noche se quedaba 








En el momento de partir la bañadera 
volando un beso se posaba en su ventana
Y paso a paso la ansiedad lo malhería 
quedaba poco del noctueno itinerario 









Uno tras otro los cuplés se sucedían 
Se retiraban del último escenario
Tiró el disfraz en el respaldo del asiento 
Borró los restos de pintura con su mano 
Volando un tacho lo llevaba contra el viento 



















La vio justito a la salida del tablado
Cómo te va?, dijo el murguista a la muchacha 
Que lo cortó con su mirada indiferente 
Le dijo "Bien" y lo dejó como si nada 


      



Nuevamente ... 
La princesa ... 
Se perdía entre la gente


Que no se apague nunca el eco de los bombos 
Que no se lleven los muñecos del tablado 
Quiero vivir en el reinado del Dios Momo 
Quiero ser húsar de su ejército endiablado

Que no se apaguen las bombitas amarillas 
Que no se vaya nunca más la retirada 





   Quiero cantarle una canción a Colombina 
    Quiero llevarme su sonrisa dibujada



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